En cumplimiento de la programación de las Campañas y Operaciones Especiales de vigilancia y control previstas por la Dirección General de Tráfico para el año 2017, entre los días 16 y 20 de enero tendrá lugar una nueva campaña dedicada al control del Transporte Escolar en la que se realizarán inspecciones sobre los vehículos (autorizaciones y documentos, condiciones técnicas y elementos de seguridad, cinturones y sistemas de retención) y sobre los conductores (permiso de conducción, tiempos de conducción y descansos), tanto en carreteras convencionales y en vías urbanas, como en vías urbanas.
Desde el curso escolar 2007-2008, todos los vehículos dedicados al transporte escolar deben cumplir los requisitos que se recogen en el RD 443/2001 de 27 de abril sobre condiciones de seguridad en el transporte escolar y de menores. En él se establecen diversos requisitos como la obligatoriedad de que los menores vayan acompañados en el autobús por una persona debidamente cualificada, la antigüedad máxima de los vehículos destinados a este tipo de pasajeros, el seguro de responsabilidad civil ilimitado o la obligatoriedad de llevar señal de transporte escolar, entre otros, de singular importancia.
El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo, o en los instantes inmediatos y en muchos casos, se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar o de los acompañantes.
La Policía Local de Mula, en el ámbito de sus competencias, durante las fechas antes señaladas, procederá a realizar el control del transporte escolar, lo que dará una idea de la incidencia de distintos factores en este tipo de transporte.
La importancia del transporte escolar en zona urbana, fundamentalmente en determinados lugares donde existe mayor concentración de colegios, hace que la participación de las Policías Locales en la presente Campaña Especial tenga una relevancia extraordinaria, teniendo en cuenta que está comprobado que a 50 kilómetros/hora, velocidad máxima permitida en vías urbanas, las posibilidades de que un niño sobreviva sin ninguna medida de seguridad es prácticamente nula y que, ni siquiera a poca velocidad se garantiza su supervivencia.