La noche del 16 de junio, en el patio del Museo de Arte Ibérico “El Cigarralejo”, coorganizado por el Aula de Flamenco de la Universidad de Murcia, ASAMIC y el propio Museo, tuvo lugar un recital flamenco enmarcado en la Conferencia impartida por Guillermo Castro, investigador de flamenco, sobre «De las malagueñas a los cantes mineros», donde el Doctor por la Universidad de Murcia y Titulado Superior en Guitarra Clásica explicó, con la solvencia que le caracteriza, la trayectoria musical y artística, cultural en suma, que lleva desde los cantes populares como el fandango o la malagueña que ya se cantaban o bailaban en el S. XVIII y XIX, a la configuración de los cantes mineros tal y como los conocemos en la actualidad. El profesor Castro insistió en la idea de que el cante, el toque y el baile flamenco de este momento histórico es fruto de múltiples influencias y confluencias culturales y artísticas, que sin duda continuarán actuando sobre este arte profundo que se irá inevitablemente transformando, sin perder capacidad de conectarse, tan intensamente como ya lo hace, con las vivencias y sentimientos más nobles de los seres humanos.
Al cante estuvo Julián Páez, cuyas raíces familiares se hunden en este pueblo de Mula, que anoche tuvo la oportunidad de emocionarse con las maneras de abordar las malagueñas, las tarantas , las mineras, los tientos,… con dosis justas de clasicismo e innovación en su planteamiento y resolución, como es costumbre en este cantaor de larga trayectoria y profundo saber.
Al toque Fran Capiscol, que hizo brotar de la guitarra flamenca su tono y sentimiento justo para que el cante fuese capaz de expresarse limpio, transparente y conmovedor. Sus acordes, falsetas y punteos llenaron no sólo el acogedor espacio del patio del Museo, sino toda la atmósfera muleña, de la huerta al Castillo.
El recital de anoche fue para no olvidar, para sentirnos en paz con nuestros ancestros y para repetirlo.